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martes, 4 de marzo de 2014

¿Tu jefe te agobia? Quizá no sea tan terrible como piensas ¿Tu jefe te agobia? Quizá no sea tan terrible como piensas,Emprendedores&Empleo, expansion.com


Si tu superior te presiona, te exige y te controla en exceso, tienes dos opciones: preocuparte o sacar partido. Puedes transformar esto para desarrollar tu carrera sin convertirte en un pelota profesional. 

‘El diablo viste de Prada’ cuenta las exigencias más allá de lo profesional a las que Miranda Priestly (Meryl Streep) somete a Andy Sachs (Anne Hathaway) en una relación jefa-empleada muy agobiante. Estás en una reunión, y tu jefe habla y te mira, habla y te mira... Puedes agobiarte o quizá te dé por pensar que es posible aprovecharlo: probablemente no lo sabes, pero eres un empleado influyente. Así lo demuestra un estudio publicado en el Journal of Nonverbal Behaviour, que demuestra que los empleados más insignificantes en su compañía y que resultan más indiferentes a sus jefes son aquellos a los que un mando apenas mira en el transcurso de una reunión. Y como hay estudios que lo soportan todo, The Wall Street se hace eco de una investigación publicada en Image and Vision Computing que certifica que "cuantos más impactos visuales de tu jefe tengas, y más te diferencies en esto de tus colegas, más brillará tu estrella dentro de la compañía". 

La cuestión es que si crees que tu jefe se fija mucho (o demasiado) en ti, tienes dos formas de actuar: preocuparte o sacarle partido. 

José María Gasalla, profesor de Deusto Business School, cree que el problema (si es que lo hay) está en cómo percibes esto; si crees que te están presionando o no. Gasalla piensa que "hay personas que necesitan que alguien esté pendiente de ellos, por falta de madurez técnica; porque va entendiendo qué es la disciplina, o porque tener a alguien que le exige constantemente despierta una especie de alerta profesional". Tolerar la presión Ovidio Peñalver, socio director de Isavia, considera que "en principio, que el jefe se fije mucho en ti parece más positivo que negativo, aunque esto depende de dos cuestiones: la primera es hasta qué punto quieres promocionar en tu organización, o si prefieres estar tranquilo y acomodado. La segunda es la tolerancia a la presión que tengas. Hay quien la aguanta bien y quien no la soporta". Parece claro que siempre hay personas o equipos que necesitan un revulsivo. Pero se debe tener en cuenta que quien conjuga la motivación es siempre el motivado, y no el motivador. Para mucha gente este tipo de estímulos forma parte de su carácter, y reacciona. A otros les sucede todo lo contrario, sobre todo si el superior que presiona o exige lo hace como gestor 'a cara de perro', usando el recurso que se conoce como "dar caña". En este sentido hay que tener en cuenta que el miedo es un estímulo que funciona a corto plazo, pero a largo destruye cualquier capacidad de innovación o de obtener resultados extraordinarios. Se trata de un recurso más con el que cuenta un jefe, y depende de la situación de la empresa, del equipo y de cada profesional en cada momento. Es recomendable sólo en ocasiones, tácticamente, pero no como estrategia. Y ha de utilizarse siempre con un propósito positivo, y con mucha honestidad. En las organizaciones se debe diferenciar siempre entre mejorar el rendimiento y las capacidades. Si en los procesos de evaluación tu superior tiende a fijarse en los puntos débiles, y siempre ataca por ahí, eso tiene un efecto pernicioso en el rendimiento. Tu reacción Si el jefe que te exige y te controla es un verdadero generador de espacios emocionales en los que puedes liberar tu talento, debes darte cuenta de que tu superior necesita confiar en ti. Lo primero es no decir que vas a hacer lo que después eres incapaz de cumplir. En ese escenario, tu mando valora especialmente que tomes la iniciativa y seas proactivo. Has de ser el de la cultura de las soluciones, no el de los problemas. El jefe que te presiona y controla espera de ti que seas competente en las grandes cuestiones y en los pequeños detalles. La calidad de tu trabajo es tu mayor argumento. Para que esa relación sea fructífera tu trabajo es hacer mejor a tu jefe. Y el de tu superior es conseguir que tú tengas éxito. Una relación productiva con tu mando debe basarse en un estilo de trabajo compatible, ya que los dirigentes procesan de manera diferente la información, y mantienen distintos estilos de toma de decisiones. También importan las expectativas mutuas, y es importante comunicar las propias para comprobar que son realistas. Quién puede controlar tu fin de semana En un escenario laboral que implica la disponibilidad de 24 horas –en gran parte debido a la tecnología–, y en el que cada vez más organizaciones tienen dificultades para distinguir entre tu vida personal y profesional, el dilema es si puedes aceptar que el control excesivo de tu superior implique que te veas obligado a una dedicación extraordinaria: ¿Puede controlar tu jefe lo que haces el fin de semana? Montse Ventosa, socia de Truthmark, asegura que las leyes y las reglas que regulan la relación entre empleado y empleador no han cambiado, a pesar de que ésta haya evolucionado notablemente. "Por eso lo natural no es que la organización pueda pedir ese tipo de cosas, sino que la persona decida hacerlo. Es una elección de trabajo, no una obligación". Ciertas compañías y mandos encuentran la forma de obligar a algunos empleados a que le dediquen su tiempo, pero el trabajo ya no es un lugar o un puesto al que vamos. Es algo dinámico: un estado, una acción. Las reglas han cambiado y la línea entre la vida profesional y personal es mucho más difusa. Cada vez más, se trabaja por proyectos y con una flexibilidad horaria mayor. La profesionalidad ya no se mide por el tiempo en la oficina, sino por objetivos alcanzados. Esto no significa que te obliguen a realizar tus tareas fuera de tus horas de trabajo, sino que ahora es más frecuente encontrar profesionales que eligen y gestionan sus tiempos.
http://www.expansion.com/2014/02/04/emprendedores-empleo/desarrollo-de-carrera/1391532052.html?cid=SIN8901

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