En toda empresa es muy importante la formación del personal | Se trata de
dedicar un esfuerzo en forma de tiempo y dinero para que los trabajadores
adquieran nuevos conocimientos y habilidades, todo ello, con el objetivo
fundamental de obtener mejores resultados empresariales.
Esta ecuación de mayor formación equivale a mejores resultados, al menos de
manera potencial, parece obvia pero no siempre cuadra. La clave está en elegir
la formación adecuada para cada empleado, tarea que no es trivial y que requiere
un cierto análisis para acertar. Luego están los empleados, que no siempre
aceptan la formación como algo bueno, ¿qué piensan los empleados de la
formación que imparte tu empresa?
La formación, ¿una herramienta o una obligación?
La formación del personal debe ser planteada con amplitud de miras, es decir,
no sólo hay que centrarla en las habilidades conocimientos del puesto que
desempeña actualmente una persona sino que es bueno ir más allá, pensando en las
necesidades de conocimiento y habilidades que esa persona tendría en caso de
asumir nuevas funciones diferentes a las de su puesto actual.
Esta estrategia implica que las acciones formativas no siempre encajen con la
visión que tienen las personas que reciben la formación, al tener sus
preferencias y su propia visión de cómo debería ser la formación. Para
contrarrestar esta situación, se requiere una dosis de buena
comunicación, que permita transmitir los beneficios a corto, medio y
largo plazo de la formación impartida a los trabajadores.
Como norma general, la empresa debe huir de la monotonía como estrategia de
formación o, lo que es lo mismo, impartir unos pocos cursos al año por norma
pero sin una visión clara de los objetivos que se quieren conseguir. A esta
estrategia vacía suele contribuir la formación por catálogo, que es esa que
vienen a vender constantemente a muchas empresas comerciales que la ofrecen a
coste cero, con cargo a fondos.
Ojo, está bien que exista esta oferta, pero debe estar siempre dirigida a
cubrir las necesidades formativas de los trabajadores y no sólo a “cubrir la
papeleta” y nada más. No hay peor estrategia de formación que la de
obligar a los empleados a asistir a cursos que no tienen utilidad
ninguna para ellos ni para la empresa, forzados y que aún encima la
empresa venda la acción formativa o su estrategia de formación como un
éxito.
Cuando los jefes entorpecen la formación
Si hay algo sagrado en la formación en la empresa es el respeto que desde
arriba deben ejercer los responsables de los diferentes equipos. Cuando hay una
formación programada, un buen jefe se las apañará para poder
contrarrestar la falta de disponibilidad de cualquier recurso, en lugar de poner
mala cara si no acude a una reunión o se ausenta de su puesto de trabajo.
Es una labor de los responsables integrar la formación con la carga
de trabajo, para que las personas puedan estar centradas en la
formación mientras se imparte y no pendientes del teléfono o del correo
electrónico, resolviendo asuntos que seguramente pueden esperar. Y si no pueden
esperar, debería reorganizarse la formación, dado que ésta es también un asunto
importante.
La formación es también una herramienta que sirve como incentivo para
los trabajadores, de tal manera que la empresa puede premiar a
empleados con acciones formativas, a cambio del cumplimiento de un determinado
objetivo. Hay empresas que pagan cursos sencillos, pero también las hay que
pagan hasta masters y cursos de posgrado. Es otra forma de retribución variable,
que muchos trabajadores valoran.Blog
Sage
No hay comentarios:
Publicar un comentario