La protección de los datos que se manejan en la empresa es un asunto que está
hoy a la orden del día, de modo que cada vez destinamos un presupuesto mayor al
cuidado, tratamiento y almacenamiento de la información.
Un aspecto que resulta muy positivo, pero que es muchas veces
olvidado cuando la información que se gestiona es la relativa a los propios
empleados. Lo digo porque en mi entorno laboral ya he escuchado en más
de una ocasión a algunos colegas realizar una llamada de carácter personal, y en
la que han facilitado ‘a viva voz’ datos personales, del tipo cuentas de correo
electrónico, teléfonos, números de póliza, documentos nacionales de identidad, y
así, hasta un largo etcétera.
En mi opinión este tipo de acciones pueden suponer cierto peligro, sobre todo
en los edificios de trabajo dónde se concentra un elevado número de
profesionales, y sin ánimo de ser mal pensado, compartirán conmigo que nunca
sabemos quién nos puede estar escuchando.
Por ello, creo que deberíamos ser mucho más cuidadosos en el tratamiento de
nuestra información, utilizando para ello el correo electrónico, evitando dejar
documentos personales de determinada importancia a la vista, etcétera. Porque lo
que no tiene ningún sentido es que hagamos cierta propaganda de aquello
que no queremos que se conozca, o dicho de otra manera, que los demás
no tienen por qué conocer.Pymes
y Autónomos
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