La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), que engloba a compañías como Alcampo, Ikea, Carrefour, El Corte Inglés, Leroy Merlin o Media Markt, advirtió ayer sobre el impacto negativo que la espiral de impuestos autonómicos a las grandes superficies está creando en sus cuentas.
“Solo el impuesto en Cataluña se come el 36% de nuestro beneficio”, advirtió Alfonso Merry del Val, presidente de Anged, en un encuentro informativo previo a la asamblea anual. En el discurso ante los miembros de Anged, Merry del Val tachó esos tributos “de impuesto revolucionario” que discrimina a este formato de distribución frente a otros más pequeños o ante el comercio on-line. “Si nadie corrige esta vorágine fiscal, 18.000 empleos y más de 200 millones de inversiones al año están en grave riesgo de desaparecer”, alertó.
Sin embargo, esos tributos se han convertido en una fuente de ingresos muy valiosa para unas comunidades autónomas embarcadas en planes de consolidación fiscal (Cataluña, Asturias, La Rioja, Navarra y Aragón). En el caso catalán, el impuesto grava con 17,42 euros cada metro cuadrado a los establecimientos que tienen más de 2.500 metros de superficie. Entre enero y julio ha proporcionado una recaudación de 31,7 millones de euros en los siete primeros meses del año. Una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta que la tasa turística (que grava con entre 1 euro y 2,5 euro cada pernoctación en un establecimiento hotelero) ha recaudado 19 millones en diez meses.
En 2012, las ventas de las empresas agrupadas en Anged fueron de 36.979 millones de euros, un 4,9% menos, lo que representa la mayor caída de la crisis, mientras que el número de empleos bajó un 3,9%. Pese a ello, Merry del Val admitió un repunte de confianza de los consumidores. “Empezamos a notar más confianza e ilusión y eso puede llevar a que se frene la caída de ventas y se mantenga el empleo”, puntualizó. Para lograr esos objetivos instó al Ejecutivo a profundizar en la liberalización de horarios comerciales. La última reforma de mayo de 2012 fija un máximo de diez aperturas en festivos y de 90 horas a la semana. Unos cambios, que a juicio de Anged, van en la buena dirección pero que tildaron de “insuficientes”. Por ello pidieron que las aperturas en festivos se amplíen hasta 16 y que se priorice la apertura comercial en domingo en las zonas turísticas, sin distinciones de ningún tipo.
La polémica generada por el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre si los sueldos han subido o han bajado en España, también encontró hueco en este foro. El director general de Anged, Javier Millán-Astray, recordó que los sueldos en el sector han subido en los cinco años de crisis con unas ventas que han encadenado 38 meses consecutivos de caída. “Los costes laborales han crecido un 18% en esea época”, apuntó Millán-Astray, quién puso en valor el convenio de la gran distribución, que liga la evolución de los salarios a ventas y productividad, con un suelo del 0,5% y un techo del 1,5%. “O existe flexibilidad o mandas a pique a una empresa”, dijo en clara alusión a los problemas de algunas grandes compañías de alimentación.
Cinco Días
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